Noticias 2009-09-28 Artículo de Anffe y Acefer - La fertilización en la nueva campaña de sementera


Imagen Los últimos data sobre el consumo de fertilizantes en la agricultura española reflejan un drástico descenso, que contrasta con las cifras de años anteriores, más o menos estables, con sólo mínimas oscilaciones derivadas de la climatología de cada año.

Los fertilizantes, básicos para la productividad de nuestra agricultura, suponen, según los últimos data del MARM, unos 1.500 millones de euros y generan un contingente importante de empleo, tanto en producción como en transporte, almacenamiento y distribución.

Durante los últimos meses ha permanecido parada gran parte de la industria, los stocks se han devaluado en más de un 50 por cien y el consumo de algunos productos han descendido por encima del 70 por cien.

El consumo de fertilizantes en el año agrícola 2008-2009.

En el pasado año el mercado de fertilizantes pasó de estar marcado, en los primeros meses, por un incremento de la demanda a sufrir un cambio radical de tendencia en los últimos meses, con una caída del consumo sin precedentes. Este punto de inflexión fue provocado, fundamentalmente, por la dramática caída de los precios de los productos agrícolas, muy especialmente de los cereales.

Esto, unido a la crisis económica y financiera, hizo que se produjera un fuerte desequilibrio entre los costes de los medios de producción y los precios de los productos agrícolas, que provocó una caída histórica de la demanda de fertilizantes y de los precios de los mismos, no sólo en Europa sino en todo el mundo.

En nuestro país, y en línea con la evolución experimentada por los países de nuestro entorno, se ha producido un descenso del consumo cercano al 50 por cien, siendo mucho más acusado en abonos complejos.

La actividad agrícola es una actividad económica y por lo tanto, como en cualquiera otra, el agricultor busca rentabilidad. El pasado año los precios de todos los medios de producción agrícola subieron, algunos de forma espectacular como los fertilizantes y la energía, mientras que los precios percibidos por los agricultores por sus productos, que habían sido excepcionales en 2007/2008, comenzaron a bajar y su comercialización se hizo difícil debido a la crisis financiera mundial.

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